Conciertos

 

04-04-2022

León Benavente. Santana 27, Bilbao


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Sí, el itinerario León Benavente sigue con su “Carre(te)ra Ascendente” merced a un sorprendente y estupendo cuarto disco como “ERA” (DRO / Warner Music). Su trabajo más electrónico, con diferencia, hasta la fecha, pero un pedazo de disco que mira de lleno a los tiempos actuales y que cobra mayor dureza aún en sus siempre impresionantes directos. No sé si fue hace ya 5 o 6 años que los vi por primera vez en directo y me impactaron de lleno, más aún que sus espléndidos discos. Pero les he ido viendo en más ocasiones y cada vez me parecían mejores aún. Pues bien, esta actuación, enmarcada dentro de una amplia gira, fue la más espectacular de cuantas les he visto hasta la fecha. Hubo mucho espacio para ese rotundo y electrónico, pero también con poderosas guitarras rock, “ERA”. De hecho, lo tocaron íntegramente con la única excepción de ‘Todas Las Letras’, creo.

Público expectante y con ganas de que llegara la cita con largas colas para coger buen sitio y supongo que lleno o rozándolo. Gran sonido y mejores luces que variaron según los temas y las historias de los mismos y fueron otro de los grandes aciertos. Protagonismo absoluto para un Abraham Boba pletórico que tocaba los teclados superiores (piano) o los sintetizadores inferiores, pero abandonándolos en numerosas ocasiones para bailar, saltar o arengar a los presentes. También se coló en el foso de los fotógrafos apara acercarse aún más al entregado y heterogéneo público en la potente ‘Ser Brigada’. Luego, ya en la fase final del concierto se introdujo a bailar y corretear por medio de toda la sala con la gente queriendo tocarle y verle más de cerca en una pletórica y eufórica ‘Ayer Salí’. Su corta estatura quedó remediada con su actitud gigante y lo grande de su puesta en escena. César Verdú también aporreó su batería como un poseso con momentos realmente espectaculares. Paradógicamente se le cayó una baqueta en el tema más relajado del concierto. Esa balada titulada ‘La Cámara de Ecos’ que cierra su último trabajo y sonó todavía con más misterio que en estudio.

La actuación se abrió con el “Líbrame del Mal’ que abre también su “ERA”. Con esos latidos electrónicos que desbordaron magia y con otro de esos crescendos finales que les elevan hasta el cielo y a esa nueva “Era”, aunque ya no esté Rafa Berrio o no haya otra nueva “Blade Runner”. Siguieron con la melancolía y si, la nostalgia de ‘Di No a la Nostalgia’ con su precioso estribillo. Me encantó ‘Persona’ que sonó más burbujeante y con ese riff de sintetizador cercano al tema estrella de los Visage. Nos meció con su voz y sus manos en ‘Como La Piedra Que Flota’ entrando ya en temas de sus anteriores discos. Regresaron a lo nuevo con la genial melodía de ‘Canciones Para No Dormir’ y con la rabia y despecho saliendo de su encendida garganta en una intensa ‘Amo’, algo que aumentó en la dura ‘Te Comes Mi Corazón’, mucho más dura y espectacular aún, en vivo. En este y otros temas alternó la utilización de distintos micrófonos para cantar así con diferentes voces. En ‘La Gran Muralla’ César parecía que iba a romper su batería de la fuerza que imprimió a sus redobles. Teclados a tutiplén en la misma y con la música trepando por esa muralla y poniéndose más luminosa esperando la melancolía inicial del tema. Cogió el libro para narrarnos, con la emoción que caracteriza a sus abundantes momentos hablados más que cantados, la genial enumeración de la poesía del tema de Rafa Berrio, ‘Niño Futuro’. Éxtasis en la gente con la pegadiza y ya clásica ‘La Ribera’. Estribillo mítico para un ‘Mítico’ que se convertirá también en clásico y que nos trajo más reminiscencias a New Order o Spiritualized. La ironía llegó con esa esperada ‘Viejos Rockeros Viejos’ con su chula historia también narrada en muchos momentos, pero también con algunas de las guitarras más rockeras del nuevo disco y de la actuación. Pero hay que saber irse de una fiesta… Fiesta que siguió con otro clásico como ‘Gloria’ que no podía faltar. Nuevos teclados emocionantes y esas explosiones rítmicas. Era ya el final y fue el deleite con clásicos de los discos anteriores abiertos con otra gran narración y las buenas guitarras de ‘Ser Brigada’. Fue otro de esos temas con la gente saltando todos a una. En otros momentos se montaron algunos pogos en las primeras filas como en los mejores conciertos punks. Flipamos con ese ‘Tipo D’ de ácidos teclados y su gran letra, una vez más. Realmente un hit y todo un hito ya en su trayectoria. El apoteósico final fue para el ‘Ayer Salí’ con la que regresaron al “Vamos A Volvernos Locos” (del que ya habían tocado ‘Amo’ y ‘Como La Piedra Que Flota’. Una pena que en sus 100 minutos aproximados de actuación no haya espacio ya para tocar otros himnos anteriores como ‘California’, ‘Habitación 615’, ‘Tu Vida En Directo’, ‘En La Selva’ o ‘Ánimo Valiente’ por citar algunas preferencias personales de todos sus buenos discos hasta la fecha. Hubiéramos querido cualquiera de ellos en sucesivos bises, pero el concierto fue magnífico, emocional e intenso en todos los sentidos y para mí el mejor de lo que llevo de año y son ya unos cuantos. ¡Hasta la próxima!

 

 Fotografía: Eneko Mañeru

Autor: Txema Mañeru

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